martes, junio 20, 2006

contando hacia la nada: June 2006


tenia que pasar, se veia venir. apenas transcurrido un mes desde la llegada de esta nueva fuerza de la naturaleza llamada ernest al zoologico, los antiguos gorilas dominantes, cuyo unico trabajo ahora es oler los traseros de sus tristes compañeros de jaula, han decidido que ya esta bien. entre atavicos gruñidos y certeros lanzamientos fecales un portavoz de estos nuevos martires del siglo veintiuno ha declarado que utilizando los "contactos" adquiridos en esa noble y bella poblacion malagueña llamada marbella han contratado a un, eh... como decirlo... a un sicario. preparado en todas las artes de la guerra (limpia y sucia), sin ningun tipo de escrupulos ni moralidad, para que acabe de una vez con lo que ellos llaman "ese jodido cabron de espalda plateada que se cree tan macho y solo sabe meterse bananas por su... ". la respuesta de ernest a todo este barullo ha sido una suave sonrisa y un comentario irreproducible en nuestra lengua pero que mas o menos viene a decir que mejor que el dicho "sicario" no le de la espalda. por lo que pueda pasarl.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda podemos llegar a decir ya que al zoológico también ha llegado "la crispación". Los nervios y la tensión asemejan algunas secuencias de "atmosfera cero".
Hay muchos rumores en el aire en estos momentos: se dice que Ernest vuela ahora mismo en el air force one en estado de alerta naranja - que han sido contratados varios expertos imitadores de Elvis para suplantar a Enrnest en sus apariciones oficiales. El dalai lama se ha excomulgado a si mismo por comer sesos de mono una vez que estaba borracho... los organismos oficiales han oficiado no tener más orgasmos hasta que la situación no se normalice.
Del sicario solo se sabe que empezó su carrera matando al monolito de odisea 2001 con las manos desnudas.

Anónimo dijo...

Ernest sobrevivirá, aunque no olvides que es un fino gorila europeo y ahora llega al norte de africa, pobre.
"Al menos se folla igual que en todos laos" debe pensar el bueno de Ernie.