sábado, junio 30, 2007

forjado con nobleza

J. H. Williams III no tiene la barba-mostacho del Dr. Watson, no está en la linea de sucesión de la corona britanica ni fuma en pipa o exclama "¡pardiez!".

Pero es un joven noble del 9º arte que suele responder al nombre de Jim y lleva puplicando profesionalmente desde mediados de los 90.


Descendiente de Mike Kaluta por alguna rama familiar del trazo y la composición es dueño de un estilo propio que evoluciona de la figura realista hacia una superposición hábil del diseño fantástico, manejo de los colores como formas vivas del acabado y un uso discreto pero mañoso de las lineas justas de sombras y negros para oscurecer el ambiente sin llegar a ensuciar.


Sin embargo, su rasgo para mi más determinante y genial dentro del cómic mainstream (y del que le colocaría bajo la selección a dedo del santo barbudo Alan Moore para hacer Promethea) es su soltura en la composición de página.


Jim bebe de fuentes como Little Nemo o P. Craig Russell para construir páginas que sostienen tanto una ilustración como una secuencia. También se entiende que siendo Promethea su obra más elaborada y que ha trabajado con los precisos y experimentales guiones de Alan, ha adquirido por el maestro una indicación que ha servido para explotar el propio potencial para el que destacaba.

Su arte no solo llega a detallar la estructura de las viñetas, sino la imaginación con las que las decora y las situa, jugando con grandes planos y pequeñas gotas de primerisimos planos que nos situan como oteadores dentro de un gran salón lanzados a los detalles.
Un autor del que el apetito ambiciona más obras.
Obras recomendadas:
- Promethea
- Desolation Jones
- seven soldiers of justice # 01

viernes, junio 15, 2007

maestro oscuro del grafito

Señoras y señores, hoy quiero presentarles a un dibujante que sin ocupar lugar en la cúspide del comic mainstream americano es, sin lugar a dudas, un profesional como la copa de un pino, un maestro del blanco y negro con tramado clásico, una mente plecara e iluminada para el diseño de criaturas abisales, y un detallista de atmósferas hasta la suciedad del polvo.
Con todos ustedes, mi muy querido


Mi primer encuentro fue cuando llevaba dados de 10 caras en los bolsillos y no paraba de jugar a Vampiro.

Guy Davis era, junto a Vince Locke, uno de los principales ilustradores de las guías para Vampiro: Edad Oscura originales. Entonces me llamó la atención la violencia de sus lineas, ágiles pero contundentes y, obviamente, la crudeza barkeriana de sus composiciones.



















De ahí me lo encontré de casualidad en un comic de mediados de los 90 que me interesaba cantidad de mucho: Sandman Mystery Theatre.

Guy Davis era el dibujante oficial de la nueva serie vértigo de DC Comics donde se recuperaba el personaje clásico de los 40, Wesley Dodds, el sandman original, mistery man clásico de la primera hornada, en el que Neil Gaiman pivotó la fuente original de su gran serie The Sandman.
Sandman Mystery Theatre evolucionaba desde la tradición Pulp de héroes detectivescos donde se mezclaba la amabilidad de los caballeros auténticos de los 40 y la oscuridad violenta y criminal que nace en las pesadillas y crecía en la problematica social de entonces (la gran depresión, la oculta perversión de los opulentes, el surgir del nazismo en Europa, etc).

Siendo una serie no limitada a estas dos ideas, cada número mezclaba y sintetizaba gestos de belleza amable y tristeza cruda, todo sostenido no solo por la habilidad de los guionístas, sino también fundamentalmente por Guy Davis, un autor en cierto modo feista que no gastaba de malabarismos épicos y recargados, sino de viñetas ordenadas y bien estructuradas.

Como ustedes sabrán de mi, una vez conocido y disfrutado el primer beso (o polvo, según me conocerán mejor algunos otros) ya no lo podía dejar escapar de mi harén de estantería y papel.

El seguimiento no me hizo encontrarme nada decepcionante. Ni siquiera Honour amoung Punks, obra primeriza (¿os he dicho que la tengo firmada?) donde su trazo evoluciona desde clásicos fallos hasta una afirmación lúcida y determinante de sus intenciones como autor.
Y es que Guy Davis es un autor de sus convicciones. Por otras obras como Nevermen o su The Marquis, se aprende sus gustos por la fantasía pulp y por las criaturas obscenas polimórficas e inenarrables (léase lovecraftianas).

Es de entender que sus pasos le hagan compartir butaca y cerveza con Mike Mignola, hombre de pesadas tintas y rojos únicos de intereses afines. Y de ahí a dibujar la serie hermana de Hellboy: BPRD (aquí AIDP), donde está asentado cómodamente mientras locos blasfemos como yo esperamos su tercer acto y último de The Marquis, su obra más personal, que aunque adolezca de cierta simplicidad en los guiones (su primera obra como autor completo) es hasta ahora su mejor pieza operística, dando más fuerza a la originalidad de sus diseños y al terror que, poco a poco y sin apenas darnos cuenta, nos inocula y engancha.

No se corten, y disfruten lo señoras y señores, porque la cena está servida.

martes, junio 12, 2007

Auchante, madame Violentia...



Es una autora de la que acabo de empezar el proceso de estudio.

Esposa del también ilustrador Marko Djurjevic.


De ella hasta ahora sé:

Que me fascinan sus verdes.


Que a veces también huele el mundo a través de una mascara de gas.


Que ha visto el mismo apocalipsis que mi venerado BROM.


Que sus lineas y formas son sencillas, pero expresivas.

Y que le tengo hechado el ojo.

domingo, junio 10, 2007

Jóven Guerrero



Jóven artista italiano que, respetando sus primeros años de esfuerzo y duro trabajo, casi acaba de empezar.

Y ha empezado con fuerza.


Merece poder levantar la cabeza bien alta y tener algo de brillo de genio loco en los ojos.

Que no deje de trabajar.

Su estilo mantiene vivo el fuego de Frazetta y de la ciencia ficción del metal hurlant de los 80.


Ilustra mucho. Ha firmado un contrato de exclusividad con Marvel Comics y no me importaria lamer el brazo con el que dibuja.

Obra recomendada:

Ego Sum
Seven Soldiers of Justice: Shining Knight