domingo, junio 11, 2006

Amadeus y los comics de la EC



Esta es una idea que me ha rondado varias veces y siempre me la encuentro cada vez que disfruto de Amadeus y la antepongo a una cosa que siempre he odiado en el cine: los biopics.
Me da igual lo chula que pueda quedar la historia, cuando el cine coje a un famosete y caga humanismo para "contar" los problemas con el alcohol y las mujeres del inventor del condón estriado o el romance imposible de la última star folk de paletolandia, al fin y al cabo, solo queda una basurilla mestiza que trata de dogmatizar con el dedo diciendo "asi era tal persona" y provocar varios "que penita me da que penita que tengo" en el espectador. Me dan igual las escusas de "hemos visto al hombre detras de la leyenda" y esas gilipolleces, y me da igual que tal actor pueda ser un Elvis muy convincente después de que su fantasma le dijera "Iowa" mientras comia galletas oreo durante el descanso del rodaje.
Vender la vida de otras personas es una mierda lo mires como lo mires, fueran más nobles o menos, si no tienes algo que contar más allá de que el prota principal sea tal o cual apellido insigne.
Personalmente prefiero algo más imaginativo, cómo que Einstein fuera el 2º de abordo en misiones de exploración entre dimensiones o que Alfonso Guerra es el mediador politico entre Atlantis y Marte.
Y todo esto me lleva al Amadeus de Forman. Me da igual que Mozart se riera como un gilipollas o no. Me parece más interesante que la pelicula se sustenta en algo muy humano que trata de contar entre dos estrellas históricas como Mozart y Salieri: la envidia y el crimen.
Ahora apuntemos la mira a ese genial invento de los años 50 que fueron los comics de la EC.
Ahi tenemos un buen montón de papel casi imperceptibles que hizo contraer las bragas a las nobles y colericas madres de América y encender la mecha para la caza de brujas menos famosa que tuvieron los comics (recordad, todo sea para salvar a nuestros hijos).
En estos tebeos no hay ningún escrupulo, no hay valores moralizantes, tenemos hombres vulgares que se odian y se trituran por el celo del éxito, el dinero y el sexo. Pasiones fuertes y humanas y criminales que son deborados por las criaturas que sus propios crimenes han creado. Y yo no dejo de ver eso en Amadeus: lo importante es la narración, no el contexto, me da igual que encuadre bien los datos históricos. Salieri agradece como nueva divina la muerte de su propio padre porque no le importa el hecho, sino el cambio que le supone saltar el escollo de no dedicarse a la música en que consistia su italiano progenitor.
Y al fina, ¿de qué va todo? de que a Salieri le toca la polla sobremanera que Mozart sea un genio y un niñato.
Puntos principales de semejanza para esta paja mental mia:
1) dos personajes conectan por medio de la envidia y odio visceral de uno hacia otro.
2) uno admite que ha cometido un crimen sobre el otro, el cual debe de ser enrevesado y retorcido (no vale el, "eh tú hijoputa, traga plomo").
Que uno se llame Mozart y que sea tan genio que cage música es una escusa, no algo fundamental en la trama.
Ademas, seguro que Salieri era un estirao más aburrido que un eunuco sin vibradores, pero verle por la cara despechado y rencoroso contra un crucifijo conversando mefistofélico y luciferino es mucho más divertido que la contrastación histórica.

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